Máster de Cultura Científica EHU/UPNA 2023/2024 Ciencia de la Biodiversidad y Cambio Climático. Tarea 6.

¿Qué te parece el movimiento Half-Earth? ¿Te parece realista?

Un ejemplar de lince ibérico. Guillermo Fernández/Flickr

  Si quieres llegar a la luna, apunta a las estrellas. Para mí, esta sería una buena frase para definir el proyecto Half-Earth, promovido por el biólogo E.O. Wilson y que propone proteger de la actividad humana la mitad de la superficie terrestre y la mitad de las áreas costeras y marinas para frenar la extinción de especies y dar espacio a la biodiversidad, con el objetivo de salvar al menos al 80 %.

Creo que en la base del programa que promueve la Fundación para la Biodiversidad EO Wilson hay algo de este aforismo. El objetivo es llegar a las estrellas pero, si en el intento nos quedáramos en la luna, tampoco sería un mal destino. La cuestión en dar un toque de atención, hacer una llamada a la acción ya que, según exponen, el ritmo al que se están extinguiendo especies (o las estamos extinguiendo con nuestras acciones) se ha acelerado por 1.000 desde que los humanos estamos pisando la Tierra, y las cifras de cómo se está dando la sexta extinción lo avalan. De ahí que hayan pensando en grande: dejar de ir apagando fuegos para apuntar a algo mayor.

Explicado así, realmente suena no solo poco realista, sino directamente utópico e incluso ingenuo ya que, a día de hoy, solo el 17 % de la superficie terrestre está protegida y este porcentaje baja todavía más si hablamos de ecosistemas costeros o marinos: solo el 7,7% lo están. Una de los primeros peros que le pondría al proyecto es que no todas las áreas terrestres acumulan biodiversidad suficiente como para ser merecedoras de protección, de ahí que elevar estos porcentajes supondría una carga a soportar solo para algunos países. Sin embargo, consultando el mapa de áreas con mayor biodiversidad del mundo por países que ha desarrollado la fundación, se puede ver que gran parte de los que más tienen son, precisamente, de los más avanzados en protección de territorios valiosos para la biodiversidad.

Por ejemplo, Brasil tiene un índice nacional de protección de especies terrestre de 70 sobre 100 y ya tiene un 32% de su área terrestre y un 22 % de la marina protegida. Eso sí, el esfuerzo a hacer en el país aún es importante: para cumplir las expectativas de Half-Earth tendría que aumentar el terreno protegido en un 14% en tierra firme y un 12 % en sus costas y área marina. Venezuela llega, por ejemplo al 89 en este índice porque ya tiene más de la mitad de su superficie terrestre protegida.

Donde el esfuerzo sería mayor, con todo, sería en muchos países donde el índice baja llegando incluso a 0. Ahí están Turquía, Somalia, Libia, India, China, Mauritania, Afganistán o el Sáhara Occidental. Todos o casi todos (China sería un caso de estudio) responden a un patrón: países en vías de desarrollo o marcados por conflictos armados, situaciones en las que la prioridad no está, precisamente, en la conservación del planeta.

Considero que dentro de lo inalcanzable que parece el proyecto, disgregar los esfuerzos por países lo hace de alguna manera, más realista. ¿Y dónde queda España? En contra de lo que pudiera parecer, nuestros índices nacionales de protección de especies son altos: 75 si hablamos de superficie terrestre y 79 en ecosistemas marinos. Nuestro país ha protegido ya el 37 % de su territorio (tenemos 436 especies de vertebrados terrestres, 34 de ellas endémicas) y el 14 % de sus áreas costeras y marinas y el esfuerzo a realizar sería aumentar en un 9 y un 10 % respectivamente estas cifras. Visto así, no parece tan inalcanzable.

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