Máster de Cultura Científica EHU/UPNA 2023/2024 Ciencia de la Biodiversidad y Cambio Climático. Tarea 4.

La tarea consiste en buscar un ejemplo de pagos por servicios ecosistémicos y valorar si es o no un éxito y por qué.

 

Una niña del cantón Pimampiro se lava las manos. Julio de 2021. ©UNICEF/ECU/2021/Vega


 

La naturaleza nos aporta algo más que aire limpio y vistas relajantes cuando queremos escapar de la gran ciudad. Un ecosistema en equilibrio se encarga también de ofrecer otros “servicios” que muchas veces no vemos y por ende no valoramos como el mantenimiento del ciclo del agua (en cantidad y calidad), la captación de dióxido de carbono, evitar los corrimientos y la erosión de la tierra o procurar un hábitat para los insectos polinizadores.

El poner un precio a estos servicios y productos de los que nos beneficiamos es una forma de conservar los ecosistemas. Si ponemos un valor monetario a ese “trabajo” que está haciendo un ecosistema en equilibrio y del que nos beneficiamos será más fácil de generar una concienciación social sobre la necesidad de conservar estos hábitats.

De la teoría se ha pasado a la práctica y en muchos lugares se han establecido programas de pagos por servicios ecosistémicos (o pago por sistemas ambientales PSA). Las personas que reciben esos beneficios pagan directamente a los dueños de las tierras o a los que las trabajan para mantener esos ecosistemas en equilibrio como parte de un programa más amplio de conservación del territorio.

He encontrado pocos ejemplos de programas de PSA implementados en España, pero sí en Europa y, sobre todo, en América Latina donde llevan poniendo en marcha estas iniciativas desde los años 90. Por ejemplo, en Ecuador la mayoría de las que he encontrado están relacionadas con pagos por servicios hidrológicos. He elegido la que se desarrolla en los bosques de San Pedro de Pimampiro, en la Sierra del Ecuador y que nació por la necesidad de conservar los bosques y páramos de la zona alta (microcuenca río Palaurco) para garantizar la oferta de agua para consumo humano de la ciudad. Hasta 2001 los residentes del municipio solo recibían agua dos días a la semana algunas horas en épocas de sequía.

De esta forma se llegó a un acuerdo con una asociación que agrupa a tenedores de tierra en la zona alta (hay una veintena) para garantizar el equilibrio del ecosistema y los servicios de almacenamiento, retención y provisión de agua que provee. Los usuarios del agua (unas 1.300 familias) pagan una tasa adicional del 20% a la tarifa por la prestación del servicio y estos ingresos se destinan a pagar a los propietarios de la cuenca Palaurco por conservar los bosques y páramos, pero con condiciones. Los propietarios tienen que cumplir un plan forestal comprometiéndose a conservar el bosque y el páramo y a permitir la regeneración natural en áreas intervenidas y el municipio se encarga de controlar el estado de la cobertura vegetal para asegurar que se está cumpliendo con lo pactado.

Por ello reciben un pago de entre 6 y 12 dólares americanos por hectárea al año, en efectivo y mes a mes. En promedio, cobran unos 21 dólares al mes, lo que les supone poder cubrir un tercio de sus gastos familiares gracias a estos ingresos.

Después de doce años en marcha, y según datos de una revisión del programa que he consultado, el programa se mantenía y se había ampliado con más incentivos al asociarse a un programa nacional de conservación de bosques y el impacto positivo era demostrable. No solo se había asegurado el suministro de agua sino que se había conseguido recuperar más de 110 hectáreas de área boscosa que a principios de siglo habían sido deforestadas por prácticas agropecuarias inadecuadas. Por esa parte considero que ha sido un éxito pero la iniciativa de Pimampiro creo que plantea también problemas, sobre todo en el control del cumplimiento de los acuerdos por parte de los propietarios de las tierras. De hecho, de los 27 que empezaron a recibir los PSA, se redujeron a 19, ya que muchos cobraban pero no cumplían con su parte del trato. El trabajo para garantizar la conservación del territorio recae en el municipio, lo que también puede minar la buena marcha del proyecto si se detraen fondos para esta tarea.


Bibliografía

Camacho, Doris. (2008). Esquemas de pagos por servicios ambientales para la conservación de cuencas hidrográficas en el Ecuador. Investigación agraria. Sistemas y recursos forestales, ISSN 1131-7965, Vol. 17, Nº 1, 2008, pags. 54-66. 17.

Guía Conceptual y Metodológica para el Diseño de Esquemas de Pagos por Servicios Ambientales en Latino-América y el Caribe. Octubre de 2008. Departamento de Desarrollo Sostenible DDS Organización de Estados Americanos OEA http://www.oas.org/dsd/spanish/psa/guia_conceptual_y_metodologica_psa_draft_2.pdf

Gámez, Verónica. El esquema de pago por servicios ambientales hidrológicos en Pimampiro, Ecuador. 2013. Documetno de Capitalización de Experiencias. Programa de manejo forestal sostenible en la Región Andina. https://repositorio.iica.int/bitstream/handle/11324/20912/CDEC22088789e.pdf?sequence=1&isAllowed=y

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