Máster de Cultura Científica EHU/UPNA 2023/2024 Introducción a la Comunicación Científica. Tarea 3. Análisis de proyectos de divulgación científica.

La tarea consistía en analizar un proyecto "de comunicación o divulgación científica que te haya gustado especialmente por su innovación o alcance". En este caso (y previa consulta) me he salido un poco del tema para analizar el trabajo que está haciendo una divulgadora científica en concreto en redes sociales, Alba Moreno @fisicamr. Vamos a ello.

 


La “Bad Gyal” de la física que explica los principios del universo y de la vida en lenguaje “motomami”. Así definen sus seguidores a Alba Moreno @fisicamr, una sevillana de 22 años que ha logrado que en Instagram, Youtube y TikTok los más jóvenes no solo se interesen (y sigan) a cuentas sobre maquillaje o para desarrollar músculos sino en saber algo más de ciencia y, en concreto, de física. Estudiante ella misma, ahora a través de la UNED, Alba ha saltado a las páginas de los periódicos al convertirse en una divulgadora científica atípica en las formas pero con el mismo mensaje riguroso y claro que puede dar cualquier otro divulgador. Y han sido esas formas atípicas las que están detrás del éxito de Alba y las que le han permitido llegar a un público que, quizá, en primera instancia, no hubiera apostado por ver vídeos de ciencia en las redes sociales.

Alba empezó en septiembre de 2021 con su canal en la red social de vídeos cortos Tik Tok, la más utilizada por los jóvenes. Su primer vídeo, sobre las ondas gravitacionales, ha dejado paso a casi un centenar más y, a día de hoy, tiene más de medio millón de seguidores en esta red social (553.000) con mucho feedback positivo de sus seguidores y cerca de 8 millones de “Me gusta”. En Instagram, tiene algo más de 144 publicaciones y un millón de seguidores y ahora también cuenta con su propio canal de YouTube. Las cifras dan cuenta de los resultados obtenidos, además en un corto espacio de tiempo. Esta fulgurante carrera ha hecho que Alba sea requerida además para dar charlas y ha sido entrevistada en varios medios incluidos algunos nacionales como El País.


Los canales elegidos por Alba son pues los más apropiados para hacer divulgación científica sobre todo si nuestro objetivo es llegar a un público más joven y que, quizá, no se haya movilizado previamente porque esté interesado por estos temas. Según la última encuesta de Percepción Social de la Ciencia de FECYT (2022), (1) los menores de 45 años se informan sobre temas científicos primordialmente por internet, (siete de cada diez) y principalmente por vídeos y redes sociales (más del 60% en ambos casos). Las redes escogidas por Alba y sus posts son todos en formato vídeo, y las plataformas de redes sociales elegidas son las preferidas por los jóvenes.


Los canales son los adecuados pero el éxito de Alba se debe, a mi parecer, a cómo transmite el mensaje: lo hace de una forma rigurosa pero con un lenguaje muy claro, comprensible y que conecta con ese público joven que está en estas redes sociales: utiliza palabras de la jerga de los jóvenes, expresiones urbanas que quizá alguien de más edad incluso no entienda. Se adapta pues al público al que quiere llegar (en este casos sus pares, estudiantes jóvenes como ella) y, de paso, capta a muchos otros que puede que no compartan afición y lo hace gracias a su marcada estética urbana que, según ella mismo reconoce, le ha generado problemas por culpa de la mirada prejuiciosa de la gente sobre cómo debería ser un divulgador científico.


Porque Alba luce el pelo muy largo, uñas largas y profusamente decoradas, pestañas postizas, tatuajes y piercings por todo el cuerpo, un maquillaje marcado y viste con una estética urbana sin miedo a enseñar piel, diametralmente opuesta de la imagen que alguien tendría de una persona apasionada de la física y que se apueste por la divulgación. Tampoco esconde el marcado acento andaluz que tiene. “Siempre he sentido que he tenido que demostrar el doble que mis compañeros” por su apariencia o “Nadie debería tener que cambiar su forma de ser, vestir o expresarse para dedicarse a lo que quiere”, han sido alguna de las declaraciones que ha hecho al respecto de cómo le han afectado los prejuicios de la gente al respecto de su forma de vestirse y expresarse.


Los prejuicios están en los ojos de los demás porque, para sus “pares”, y según se puede leer en los numerosísimos comentarios positivos de sus redes sociales, Alba Moreno es la “queen” y la “motomami” que les hace “aprender más que en el instituto”. “Lo difícil que es y cómo lo explicas”, le dicen. También profesionales de la ciencia han alabado públicamente la rigurosidad de los mensajes de Alba.


Mensajes que, por otra parte, abordan cuestiones nada fáciles para quien no esté familiarizado con la física como los agujeros negros o las ondas gravitacionales. La divulgadora también aprovecha muchas cuestiones de la vida cotidiana para introducir conceptos científicos y “captar” así más atención. Así, ha explicado cómo se forman los arcoíris, por qué vemos siempre la misma cara de la luna, cómo funcionan las turbulencias ayudándose de un macarrón o por qué nunca nos “tocaremos” realmente con nadie aprovechando la celebración de San Valentín.


Además, la divulgadora ha hecho vídeos desmintiendo desde la física bulos que circulan y que se alimentan precisamente en estas y otras redes sociales como los “chemtrails” de los aviones y las supuestas fumigaciones de químicos, el supuesto daño de las radiaciones de los móviles o desbaratando concepciones arraigadas como creer que hay una época que todo nos sale mal porque Mercurio está en una posición “retrógrada”. “Sí, yo moderna y me voy a meter ahí”, asegura en el vídeo donde lo explica.


De este modo, la divulgadora cumple con muchos de los objetivos y funciones de la divulgación que enumera Manuel Calvo Hernando (2) ya no solo participa en el desarrollo cultural, también crea conciencia de la importancia de la ciencia, sirve como complemento a la enseñanza reglada de esta (cabe recordar que según Vladimir de Semir (3) solo el 5 % de la educación de la ciencia llega por vías formales); combate la falta de interés por los temas científicos y genera referentes para esas niñas y jóvenes que, como ella, no tenían mujeres científicas a las que seguir y admirar y, definitivamente le quita la carga académica y desdramatiza sobre “hablar de física”.


1.Encuesta de percepción social de la ciencia y la tecnología en España (EPSCT). Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), 2022

2. HERNANDO M.C. (2006) Objetivos y funciones de la divulgación científica. Manual formativo de ACTA, ISSN 1888-6051, Nº. 40, 2006, págs. 99-106

3. De Semir, Vladimir. Decir la ciencia. Universitat de Barcelona. 2014

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